CANTAR A PARTIR DE QUIÉNES SOMOS EN NUESTRO CUERPO Y EN EL MUNDO (Tercera parte)


”A ver, ¡cantemos juntos!”

En nuestra primera publicación acerca de este tema (haga click aquí) compartimos algunas propuestas para guiar a una persona adulta en el descubrimiento de su voz, de parte de una participante costarricense de Proyecto Musicar. Consideramos la voz como parte integral de un yo indivisible (físico,  emocional y espiritual), y tomamos en cuenta que la autoimagen con respecto a la voz se forma inevitablemente dentro de procesos de socialización durante la vida entera.

En la segunda publicación (haga click aquí), proponíamos el análisis de la motivación, metas individuales, y circunstancias de dos personajes femeninos de filmes francófonos de ficción, en torno a su pasión por el canto.

Las anteriores publicaciones, juntas, tienen como propósito sutentar que no se puede asumir que el cuerpo físico, emociones, metas, capacidad intelectual, cognitiva y expresiva son iguales en todas las personas. Por lo tanto, una experiencia del canto (y del musicar) debe partir de quién es cada persona en su cuerpo y en el mundo.

En esta tercera publicación, la cantante y docente argentina residente en Finlandia, Analía Capponi-Savolainen, colaboradora de Proyecto Musicar desde 2011, comparte su experiencia a docentes de canto de Centroamérica y Sudamérica:

Los niños y niñas tienen el derecho a ser agentes activos en trazar sus propias vidas, en crearse y recrearse, mientras desarrollan su identidad. Es crucial escuchar a los niños y niñas, quienes desde la curiosidad y espontaneidad manifiestan su necesidad y deseo de establecer una conexión consigno mismos(as) y otras personas cantando. Tengo, de mi infancia, recuerdos cantando entre las flores, improvisando canciones acerca de la naturaleza y los pájaros, muchas veces acompañándome con mi guitarra. Recuerdo emocionarme con las canciones que surgían de la nada, tan únicas, impredecibles, eternas. No podré olvidar tampoco cómo surgía una fuerza especial dentro de mí, fruto de momentos maravillosos cantando en grupo con amigos. Pero esa es mi historia particular… ¿Conocés cuál es la tuya?

Después de 20 años de experiencia como maestra de canto de niños(as), jóvenes y personas adultas en Latinoamérica y Europa, he interactuado muy de cerca con estudiantes (y sus familias) de diferentes nacionalidades y extractos sociales. He aprendido que es necesario entender el mundo particular de cada niño(a), sus experiencias e historias. Siendo conscientes de esa locación única y particular, tenemos la gran responsabilidad de construir relaciones intersubjetivas desde la autenticidad y la confianza, que nos permitan realmente cantar realmente juntos(as).

Pero lamentablemente, como docentes, hemos permanecido en silencio o prestado oídos sordos por demasiado tiempo. En silencio, porque los lineamientos en las instituciones parecen estar dados, y las normas culturales de  la sociedad son inflexibles. Oídos sordos, porque con el afán de enseñar lo que “se debe”, nos hemos olvidado de escuchar a nuestros alumnos, de advertir sus necesidades,  de respetar sus tiempos y sus silencios. Es importante darnos cuenta que es posible enseñar canto desde otra perspectiva, donde niños y niñas aprenden a cantar bien, en forma afinada, con voces sanas, flexibles y brillantes, y que al mismo tiempo son escuchados(as) y respetados(as) en su individualidad.

¿Querés que escuchemos y cantemos juntos(as)?

Espere la cuarta entrega sobre este tema próximamente.